Hace unos cuantos años, si no recuerdo mal estaba la Universidad, descubrí una curiosa historia. Es una historia que en gran parte refleja el comportamiento de las personas.
Corría el año 1945 cuando un agricultor de Colorado (Estados Unidos), a la hora de cenar fue a por uno de sus pollos por encargo de su mujer.
Hasta aquí todo normal.
El agricultor escogió a Mike y le cortó la cabeza. Decidió que, para aprovechar la mayor parte del pollo, le cortaría la cabeza por la parte más alta del cuello. Como dato curioso, un pollo puede seguir andando hasta 15 minutos después de haberle cortado la cabeza.
Sin embargo, nuestro querido amigo con plumas había decidido que todavía no era hora de morir. Al ver que pasaba el tiempo y que el pollo no se moría, el agricultor decide quedárselo y alimentarlo. El pollo intentaba hacer vida normal, como probar a picar comida e incluso piar.
Lo curioso de esta historia es que es totalmente replicable a las personas, sin llegar al extremo de tener que cortarles la cabeza. Este pollo, al igual que mucha gente, era capaz de vivir en modo automático haciendo las cosas que hacía habitualmente sin la necesidad de pensar.
Vivimos como pollos sin cabeza
Hasta hace no mucho tiempo, yo era uno de esos pollos. Aún teniendo la cantidad de alternativas de las que disponemos hoy en día, seguía haciendo lo que hace todo el mundo.
Trabajar → Comer → Dormir → Trabajar → Comer → Dormir…
Y ojo, no lo critico, pero al menos en mi caso siempre he tenido la sensación de haber estado perdiendo el tiempo y desaprovechando mis habilidades y talentos. Puedo haber tenido mala suerte en los trabajos que he tenido, o simplemente el modelo tradicional de empleo no está hecho para mí.
Actualmente está al alcance de cualquiera aprender y mejorar en cualquier ámbito de la vida. Internet nos proporciona fuentes inagotables de información y sólo es cuestión de saber dar con las teclas adecuadas.
Desafortunadamente, el modelo tradicional de educación nos ha llevado siempre por el camino de estudia una carrera, busca un buen trabajo, inicia una carrera profesional, cómprate un coche y un piso, forma una familia, sigue trabajando hasta los 65 y cobra tu jubilación.
…Menudo planazo…
Nos han programado para que sigamos el sistema que nos han impuesto.
No somos capaces de darnos cuenta de que muchos de los trabajos que estamos realizando ahora, las máquinas los pueden realizar perfectamente mañana.
Los tiempos cambian, pero nosotros no
Si echamos la vista atrás, antes de la Revolución Industrial, cada uno se ganaba los cuartos haciendo lo que mejor sabía hacer. La mayoría de la población era emprendedora, no tenían otra opción. Pero, tras la Revolución Industrial la población fue convirtiéndose en trabajadora por cuenta ajena, sobre todo en las ciudades. Trabajaban en las grandes industrias con jornadas interminables a cambio de un sueldo que, en la mayoría de los casos, era insuficiente.
En estos días, aunque las condiciones son mejores, seguimos hipotecando nuestro tiempo en empleos que no nos gustan a cambio de un salario que nos parece insuficiente.
Es cierto, que los salarios de hace 10 años no son comparables a los que tenemos ahora, pero siguen sin ser competitivos.
Pero lo que no tiene ni pies ni cabeza es que tras superar una de las crisis más duras nos estemos comportando exactamente igual que antes de la misma. Gastando dinero impulsivamente en cosas que no necesitamos.
No hemos aprendido nada.
Siempre se suele decir que tiempos pasados siempre fueron mejores. Si lo miramos así hemos de tener en cuenta que el tiempo presente que estamos viviendo seguramente sea mejor de lo que nos venga en el futuro.
El dinero es una palanca para la tranquilidad
Corría el año 2003 y acababa de empezar en la Universidad. Aquel año, había coincidido con un chico mayor que yo que ya estaba trabajando como ingeniero. Literalmente cobraba por no hacer nada más que mirar unas lucecitas. En el momento en el que se ponían en rojo se acercaba a la máquina para ver qué sucedía. Si pasaba algo grave, llamaba a mantenimiento y le explicaba lo que creía que podía estar sucediendo. Por este duro trabajo le pagaban casi 3.000 € al mes.
En esa época, yo tenía muchos conocidos que tenían buenos sueldos, pero que todos pecaban de lo mismo.
Grandes salarios = grandes gastos.
Fue una época de grandes ventas de BMW, Mercedes, ropa de marca, apartamentos…
Como decía Matías El Humilde: “¡Me sobra el dinero!”
En ese momento, en el que todo iba tan bien, dónde incluso algunos ya podían intuir que estaba sucediendo algo anormal, fueron muy pocos los que decidieron destinar una parte de esos grandes ingresos en ahorrar, aunque fuera una parte.
El dinero es una herramienta que bien utilizada puede aportar más dinero.
Destinar una parte de esos ingresos al ahorro, nos puede proporcionar un colchón económico para esos momentos en los que la economía no va tan bien como quisiéramos.
¿Cómo he llegado hasta aquí?
Cómo habéis podido leer, siempre he sido una persona analítica y responsable. Sin embargo, en muchos aspectos de mi vida, he ido dando tumbos y estrellándome una y otra vez.
Ya durante la carrera, empecé a darme cuenta de que lo que estaba estudiando no era, ni mucho menos, algo que me motivase en exceso. Seguramente, porque me había hecho unas ilusiones y unas expectativas sobre los estudios universitarios que no se habían cumplido. Es más, salí de la Universidad pensando que era un completo inútil.
Acabé sacando una Ingeniería, pensando que tendría un gran trabajo motivante y muy bien pagado. Sin embargo, cuando acabé, me encontré un panorama desolador y unas condiciones que daban pena.
He combinado épocas de trabajo y desempleo. Incluso, me fui 9 meses a Irlanda donde mejoré muchísimo mi inglés e incluso aprendí italiano. Al final, acabé emigrando a Italia dónde he tenido mis 2 mejores experiencias laborales. Aunque culturalmente somos muy parecidos, existen muchas diferencias y llegó un momento en el que decidí volver a España.
La verdad es que el panorama nacional para un ingeniero al que le encanta la investigación y el desarrollo es pésimo
Tras dos trabajos más como ingeniero en Barcelona, me di cuenta de que ni me gustaba lo que estaba haciendo ni me sentía realizado.
El gran problema de todo esto es que no sabía qué hacer con mi vida. Y en ese momento, fue cuando empezaron a llegarme una cadena de emails, de alguien a quien llevaba siguiendo muchos años, y era un referente en cuanto a cambio de vida se refiere.
Ángel Alegre de viviralmaximo.net había creado un curso llamado Encuentra tu Camino.
Fue gracias a este curso, cuando me di cuenta de cuáles eran mis habilidades, pude conocerme mejor y empecé a luchar por hacer aquello que realmente me gusta.
¿Qué es Mario10PorCiento?
Mario10PorCiento nace para ser un lugar donde poder compartir todo lo que sé y lo que he aprendido, por las buenas y por las malas, en lo referente a mi relación con el dinero.
Y es que, el dinero no es tan malo como nos lo quieren vender. Al fin y al cabo, más del 85% de la población únicamente trabaja por llevarse un sueldo a final de mes, yendo a un trabajo que no les gusta y pasándose los días deseando que llegue el viernes.
Cuando un emprendedor exitoso ha logrado amasar una fortuna, en vez de tenerlo como un referente, nos dedicamos a criticarlo por su éxito económico. Esto es lo que nos ha enseñado la sociedad que hemos construido. Así como también, a tenerle miedo al dinero, más concretamente, el miedo a perderlo. Son muy pocas las veces que he oído comentarios positivos sobre el dinero.
Al mismo tiempo, la mayoría de la gente compra lotería con el sueño de hacerse millonario de la noche a la mañana. Prácticamente, el 70% de las personas que ganan la lotería acaban arruinados en los siguientes 5 años. Esto es como dejarle un Ferrari a un chaval de 16 años. Lo más probable es que empiece a conducir a alta velocidad y, muy posiblemente, dada su inexperiencia al volante, acabe teniendo un accidente.
¿Y todo esto por qué? Porque no existe ningún tipo de educación financiera. Nadie nos ha enseñado la parte positiva del dinero y cómo puede facilitarnos la vida. Para tener dinero hay que aprender a saber tener dinero.
Y ahí es donde entra en juego Mario10PorCiento.
Así que…
No seas como Mike el pollo sin cabeza, y empieza a ahorrar y hacer crecer tus ahorros con cabeza.
Conclusión
He decidido tomar las riendas de mi vida y por eso he creado este reto personal. Siempre mirando a largo plazo, ya que me queda un largo camino por recorrer.
Y si no funciona, siempre será un aprendizaje en mi camino. Pero, así es como soy: perseverante. Intento mejorar día a día, tanto en lo personal como en lo profesional y, por supuesto, compartirlo con la gente que me rodea. Trataré de que funcione.
Si bien es cierto, que me inunda la incertidumbre respecto a este proyecto algunos días, quiero pensar que es normal sufrir algo de pánico, sobre todo cuando me decido a emprender, algo que nunca antes había hecho.
Quiero aprovechar para mostrar mi agradecimiento a todas aquellas personas que me han apoyado, tanto directa como indirectamente. Porque sé que hay gente que confía más en mi proyecto que yo, así que tendré que creerles.
Espero que Mario10PorCiento os resulte de mucha utilidad y si queréis saber más sobre mí, siempre podéis leer aquí.
¿Tienes alguna duda, pregunta o sugerencia? Déjame un comentario.
¡Un abrazo enorme!